EL DEBILITAMIENTO DE LA DEMOCRACIA Y LA IMPLEMENTACIÓN DEL GOBIENO ABIERTO.
Por Víctor Hugo
Chanduví / Manuel Bermúdez Tapia (Temas de Gestión Pública: 2016, Fondo
Editorial Upao)
RESUMEN
presente trabajo pretende analizar la democracia dentro de dos aspectos
centrales en el ámbito gubernamental: la
gestión de la administración pública y la participación de la ciudadanía.
La función pública está
ligada a la administración Pública, pero se forma sobre su rol en la vida
social; pero también se puede variar su dimensión en la medida que le asigne a
la administración.
Sin embargo, todo punto
de inicio se concentra en el análisis de la democracia y a pesar de sus
limitaciones en el plano relacional nacional, consideramos que resulta imprescindible
teorizar al respecto, porque de lo contrario resultaría infructuoso desarrollar
aspectos de teoría política con temas como gobernabilidad, gobernanza y
gobierno abierto.
El objetivo principal
en este proceso es la procura de la materialización de la gobernanza en el
país, pero este proceso presenta un problema material: las difíciles
condiciones en las cuales se desarrolla el régimen democrático que permita su
institucionalidad y genere un mecanismo más óptimo en la gestión de los
recursos públicos para así atender de manera más inmediata a las necesidades
sociales existentes en el territorio nacional.
Palabras
Claves: Democracia, gestión de la administración pública,
participación ciudadana, constitución.
I. LA DEMOCRACIA COMO TEMA DE EVALUACIÓN
INDIRECTO FRENTE AL CONTEXTO NACIONAL.
En el Perú de inicios
del segundo milenio, nos encontramos en una situación en la cual los factores
que inciden en el desarrollo nacional provienen de diferentes sectores y bajo
niveles de incidencia variados.
La incidencia del
factor económico es uno de estos elementos que debemos evaluar, en particular
para relacionar sus efectos tanto positivos como negativos en el proceso de
consolidación democrática en el país. El término economía describe la
estructura de la vida, o actividad, económica en una comunidad en una región,
en un país, en un grupo de países o en el mundo ( William A. Mc Eachern,1982)
En términos positivos,
el fortalecimiento de la economía permite a la ciudadanía acceder a nuevas
fuentes de trabajo y de empleabilidad, con lo cual el nivel de accesibilidad al
mercado laboral se ha optimizado durante los últimos años.
En forma
complementaria, el acceso a nuevos productos en un mercado local cada vez más
amplio, le ha permitido al ciudadano acceder a diferentes bienes que usualmente
eran considerados o inaccesibles o superfluos.
Dicha bonanza económica
ha significado también el incremento de la noción de necesidades y nivel de
accesibilidad a nuevos productos para el ciudadano común, lo cual permite
suponer que también tiene una mejor referencia sobre lo que implica gestión
pública, en particular en lo que lo vincula con el Estado.
De esta manera el
ciudadano común, por la sola percepción de su contexto particular en la
comunidad puede evaluar mejor los servicios públicos que proporciona el Estado
y a pesar de las limitaciones que existen en el ámbito público, al parecer esta
“evaluación” no se realiza, ya sea por desidia o porque todavía no existe la
interiorización de estos mecanismos de evaluación.
Servicios como el de
salud, de transporte, de seguridad ciudadana resultan cuestionables y
criticables por la ciudadanía, sin embargo este nivel se limita sólo a un
contexto ajeno al acto propio de involucrarse en la gestión pública.
Este problema es
usualmente el mayor de los problemas que se presenta en el ámbito de la
evaluación de los problemas sociales y de legitimación de la democracia en el
país.
A la par, el desarrollo
de los contextos políticos no ha sido una tarea sencilla en el país.
Prácticamente el cuestionamiento ético y penal a casi todos los sectores
políticos es un tema de análisis diario y cotidiano en el país, al nivel que
prácticamente se asume una posición indiferente con la corrupción, tanto de la
manifiesta como de aquella que se “conoce” pero que no es valorada en su real
dimensión.
Frases como por
ejemplo: “hace obras, es lo importante, no importa si roba”, constituyen
referencias negativas que cuestionan todo el proceso democrático nacional, en
particular porque le permiten al ciudadano cuestionar su propia estructura
gubernamental, pero también le permiten alejarse de la misma.
Esta autoexclusión del
sistema político nacional, genera un precedente negativo en la comunidad,
principalmente porque limita la participación política en los procesos
electorales de ciudadanos con una mayor capacidad, tanto en lo político, como
en lo vinculado a la gestión ante una entidad pública o privada.
Dicha autoexclusión
genera que la participación de aquellos ciudadanos con mejor y mayor capacidad,
involucra que los menos capacitados o los más cuestionados políticamente en lo
ético y profesional continúen participando en el sistema político.
El ejemplo es cotidiano
en el ámbito del “reciclaje” político, por lo cual una persona acusada por
corrupción al pasar el tiempo tiene la posibilidad de reingresar al sistema
político nacional.
En tercer nivel de
análisis, debemos señalar que la propia sociedad ha evolucionado, probablemente
sin una valoración o positiva o negativa en dicho proceso, en mérito sobre todo
a los contextos en los cuales han incidido de manera significativa los
siguientes factores: a) el terrorismo y todo el proceso de violencia
proveniente de la lucha por el control del poder de manos de grupos
terroristas; b) el proceso de migración constante y paulatino de las zonas
andinas y amazónicas a las ciudades, c) el desarrollo de una cultura combi
proclive al reconocimiento de los valores flexibles y personalizados de los
parámetros legales y formales de la comunidad y d) el crecimiento demográfico nacional.
El último punto es
importante, porque esto nos permite observar como consecuencia, lo siguiente:
a) el posicionamiento del grupo humano identificado como “mujeres” como
categoría a nivel de género y como patrón de evaluación en lo político, económico
y social, b) el enfoque de políticas públicas a poblaciones con una condición
de minoridad de edad, en particular para articular niveles de gestión
específicos (educación, salud, regulación de leyes que repriman la violencia
familiar, etc.), c) el reconocimiento a las poblaciones de la tercera edad,
como segmento social de importancia significativa, d) el reconocimiento de las
poblaciones indígenas en el ámbito de la gestión pública.
Todo lo descrito genera
un sistema complejo, multidisciplinario y multisectorial que involucra la
necesidad de relacionar a cada uno de estos factores en su incidencia con la
democracia.
Por ello la democracia
como estructura política y social no puede ser expuesta como una herramienta
limitada a los efectos de referencia social, muy por el contrario, ambos
niveles de relacionan y son interdependientes entre sí. Por tal motivo el
Estado a través de sus actos y
procedimientos concretos que él practica para hacer que sus fines sean una
realidad (Fortunato Sánchez, 1987)
La sociedad en su
conjunto no es ajena a los ámbitos democráticos y probablemente su auto
excusión responda más a los problemas en los cuales el Estado a través de sus
entidades e instituciones, no logra comunicarse con la ciudadanía en términos
eficaces o directos.
Las autoridades
políticas todavía no han valorado la importancia de estos procesos de
comunicación intersectorial en toda la sociedad nacional, principalmente para
así tener un mejor nivel de legitimidad y ámbito de ejercicio en cuanto a la
disposición de sus fines.
En este espacio todavía
ambiguo y complicado al momento de una evaluación, podemos señalar que la
democracia se encuentra en un segundo nivel de referencia, no tanto porque
resulte ajeno al ciudadano común, sino porque la ciudadanía no logra
interiorizar la importancia de la democracia en el desarrollo de la
institucionalidad del propio Estado.
II. LA INTERIORIZACIÓN DE LA DEMOCRACIA EN
LA CIUDADANÍA.
Para entender el
proceso democrático en un determinado país, como el nuestro, debemos iniciar
una evaluación sobre cómo la ciudadanía lucha por preservarla.
Este proceso resulta
casi implícito bajo el contexto contemporáneo principalmente porque los
mecanismos de optimización democráticos no constituyen una agenda ejecutable en
el plazo inmediato.
Esta “agenda del
futuro”, permite señalar que tanto la ciudadanía como el propio Estado a través
de sus instituciones son conscientes de los problemas existentes, pero que
trasladan la solución de los mismos a otras personas y a otro contexto
histórico, como si la solución fuera imposible en una perspectiva actual.
De esta manera el
proceso inicial democrático de los años ochenta del siglo pasado en la región
latinoamericana no ha tenido un desarrollo superlativo en los siguientes años,
principalmente debido a los regímenes políticos en cada país, que lejos de
mejorar la percepción social de la democracia, la vapulearon por mecanismos de
institucionalización de procesos vinculados al caudillaje político, corrupción
e ineficiencia en la gestión pública, al nivel de denominarse dicha época como
la “década perdida”.
A pesar de ello, en la
ciudadanía surgía la necesidad de acceder de una manera más directa a la
atención de sus necesidades básicas y al reconocimiento de las libertades,
sobre todo en el ámbito económico.
Sin embargo, este
patrón continúa hasta la actualidad, principalmente porque las autoridades
políticas no han sido capaces de desarrollar acciones y niveles de gestión
óptimos que permitan afrontar en forma programática los desafíos políticos, económicos
y sociales existentes en pleno proceso de reformas en el país.
III. LA IMPORTANCIA DE LA DEMOCRACIA EN UN
GOBIERNO ABIERTO.
No se puede desarrollar
nuevas formas de participación política en la gestión pública, como por ejemplo
el gobierno abierto, si previamente no se logra la comprensión cabal de los
efectos positivos de la democracia.
Ambos términos
conceptuales no sólo terminan vinculados a un nivel de interdependencia, sino
que además resultan complementarios a un nivel de requerimiento para garantizar
su legitimidad.
Un gobierno abierto,
debe ser entendido como un gobierno en una entidad gubernamental con apertura
comunicativa a la ciudadanía en términos generales, para que estos evalúen,
participen y fiscalicen su gestión, resulta esencial para el proceso de
institucionalización de la democracia, porque sólo a través de este paso se
puede desarrollar la concientización de los niveles de responsabilidad de los
ciudadanos para con el Estado, como de las autoridades respecto de los
ciudadanos.
Este nivel de
vinculación los hace responsables, tanto a los políticos respecto de la
dirección de la entidad pública, como a los ciudadanos, respecto del mecanismo
de selección y nombramiento de sus autoridades políticas.
Por tanto, el elemento
más importante se concentra en la “información” y su accesibilidad, con lo cual
tanto el ciudadano común puede tener conocimiento de lo que la entidad pública
está desarrollando como también los planes que proyecta y ejecuta la autoridad
política.
Dicho proceso de provisión
de información pública a los ciudadanos, legitima la labor que desarrolla la
clase política en la entidad pública, con lo cual el electorado puede sentirse
satisfecho si la labor realizada mejora la calidad de vida de los ciudadanos,
ampliando los niveles de atención de las necesidades sociales.
Sin embargo, la mayor
carga recae en la propia ciudadanía, que además de elegir a sus autoridades,
debe fiscalizarlas periódicamente no sólo en un proceso electoral determinado,
sino en forma constante, para así tener una mejor garantía en la gestión
pública.
Por ello resulta de
mucha importancia el rol activo de los medios de prensa, en particular porque
son estos los que amplían la información que puede comunicar la entidad pública
como también pueden descubrir los errores en cuanto nivel de gestión impuesto,
tanto para denunciar niveles de corrupción como de ineficacia.
Téngase en cuenta que
al ciudadano común le resultaría muy complicado e inaccesible en algunas
circunstancias tomar conocimiento directo de algunas situaciones, en particular
cuando estos datos resultan ser o complejos o especiales.
La ciudadanía tiene un
nivel de conocimiento de aquellos elementos que resultan importantes en el
análisis y debate cotidiano, en el proceso de fiscalización a la entidad
pública, con lo cual se genera un proceso de discriminación de información que
resulta positivo.
Sólo aquello que
resulta más importante es tomado como elemento de cuestionamiento y seguimiento
por medio de los medios de prensa, relativizándose aspectos que probablemente
tengan ya un tratamiento especializado y particular.
Es el caso particular
de las situaciones que involucren la comisión de un ilícito o falta
administrativa de parte de alguna autoridad en la Administración Pública en
perjuicio tanto de su entidad como de la propia colectividad.
Dichos elementos
referenciales requieren que tanto el Ministerio Público como la Contraloría
General de la República tengan elementos de evaluación de la gestión pública a
través de auditorías específicas.
La evaluación
específica y especial por tanto implica la especialización y el control de
entidades identificadas en este proceso de contrapesos en el desarrollo de la
actividad orgánica del Estado a través de sus diferentes entidades.
Aquello que probablemente
involucre un aspecto mucho más amplio y referencial respecto de los intereses
ciudadanos, muy por el contrario puede atraer la atención de los medios de
prensa y proceder a una evaluación y fiscalización pormenorizada.
Pero en este conjunto
de ideas, ¿que podría ser determinado como aquel elemento que permita su
identificación y asignación de valor de importancia?
Probablemente la mejor
respuesta sea aquella que permita desarrollar que “todo” lo que produzca la
administración y “todo” aquello que implique una res pública puede ser sujeto
de una calificación de “importante” y por ello no se pueden establecer
limitaciones o parámetros de priorización.
Dicho margen amplio y
relativamente ambiguo sin embargo, es el mejor escenario para desarrollar un
aspecto importante en la relación de la ciudadanía con la gestión pública,
porque a través de los medios de prensa y su facultad de informar y difundir
información, se puede tener una mayor relación y vinculación con aquellas
informaciones que implica la ejecución de una actividad determinada en una
entidad pública.
Este proceso de
legitimación de acceso, suministro y difusión de información es por tanto el
elemento que valida el proceso democrático en cuanto fundamento de la libertad
de acceder a la información.
Sólo a través de estos
procesos de toma de conocimiento, es que la ciudadanía puede tener una mejor
referencia de lo que sus autoridades políticas vienen ejecutando, fiscalizando
aquellas acciones con mayor interés y mayor vinculación, al tener estas
acciones un efecto directo en la ciudadanía.
Estos mecanismos de
información y de accesibilidad a información que involucre la gestión pública
permite la puesta en práctica de la gestión diligente, eficiente y proactiva en
la administración pública, que permite legitimar los parámetros de
gobernabilidad en la búsqueda de una consolidación de la gobernanza, de
tendencia en los países con tendencia democrática consolidada.
IV. LA DESNATURALIZACIÓN DE LA APERTURA
INFORMATIVA.
Toda vez que todo
aquello que es regulado, no necesariamente produce efectos positivos en la relación
entre la ciudadanía con el Estado a través de sus diferentes entidades, debemos
señalar que a la par de la existencia de factores positivos, es viable también
la posibilidad de encontrar situaciones cuestionables o negativas.
Uno de estos ámbitos que
podemos detallar se produce cuando el Estado o una entidad en específico,
“procura” extender el ámbito de su “comunicación” con la ciudadanía y procede a
desarrollar situaciones en las cuales “disimula” su comportamiento en aras de
desvincular la atención social a temas triviales o sin mucha importancia, para
así no verse involucrados en la crítica a un tema significativo.
Hacemos mención a las
situaciones en las cuales las entidades públicas optan por especializar sus
mecanismos de traslado de información, limitando la misma sólo a aquellos
aspectos positivos a su gestión.
El ocultamiento de
información referencial con una mayor importancia o percepción de parte de la
sociedad, involucraría una situación que no resulta permitida para este tipo de
situaciones, principalmente porque de por medio se pueden utilizar recursos
públicos para la mejora de la imagen del agente político que dirige la entidad
pública.
Este es el caso muy
frecuente de la mayoría de autoridades municipales en el país, que bajo el argumento
de difundir información pública, destinan la ejecución de un significativo
presupuesto público para la difusión de folletos, revistas, impresiones,
publicidad con el único referente de la identificación de un único individuo al
mando de la entidad pública. No hay que olvidar que la función pública como
dice Sarmiento García, ( 1997) en un concepto institucional, el servicio
público actualiza y materializa la función.
A nivel de las
municipalidades, la percepción del trabajo de los regidores por tanto resulta
nula para el ciudadano común, porque toma válida la premisa de que sólo el
Alcalde es que el desarrolla servicio público.
Basta con señalar la
relación a nivel de difusión de la información referencial de una municipalidad
en el país: a la par de la mención de la entidad pública, se le consigna el
dato personal de la autoridad política elegida democráticamente.
Este proceso lamentable
de caudillismo político es aquel factor que termina desvalorizando los
mecanismos de acceso a la información de las actividades de las entidades
públicas, con lo cual nuevamente se genera la desvinculación de la ciudadanía
con el aparato público.
V. ¿QUÉ HACER ANTE ESTAS CIRCUNSTANCIAS?
Tal vez la mejor
respuesta al propio debilitamiento de la democracia en el país implique la
necesidad de que el propio ciudadano sea más consciente de su labor y
participación política en la comunidad.
Dicha percepción,
permitirá que participe tanto activamente como en forma decisiva en la mayoría
de actos que ejecute la administración pública, fiscalizando dicho proceso,
pero a la vez también planteando mejores elementos de evaluación, análisis y
planteamiento de propuestas.
Dicha participación no
resultan cuestionadas en el ámbito normativo, es más son promovidas y para ello
podemos mencionar la posibilidad de que cinco mil ciudadanos (con firmas
válidas y registrables ante la RENIEC) tengan el derecho de plantear una
propuesta de ley ante el Congreso de la República.
Igualmente existe la
posibilidad para la ciudadanía de participar activamente en la gestión de una
entidad o en la toma de decisiones o en el desarrollo de un procedimiento
específico. El caso del referéndum por la devolución de los aportes del FONAVI
es un claro ejemplo de ello.
Sólo a través de
ciudadanos conscientes de su participación en el sistema democrático resulta
viable la posibilidad de plantear la ampliación de aspectos de la gestión
pública que permitan implementar o mejorar los parámetros de gobernabilidad en
el país, dentro del marco de la constitución Política del Estado.
Bibliografía
William A. Mc
Eachern (1982). “Macroeconomía, una introducción
contemporánea. Sexta Edición.
Fortunato Sánchez Ramírez
(1987) Ciencias del Estado y Administración Pública. Lima 1987
Sarmiento García,
Jorge, y otros. (1997) Derecho Público. Mendoza. Argentina. 1997
Constitución
Política del Perú de 1993.
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