LA INDEPENDENCIA DE TRUJILLO, SU TRASCENDENCIA Y SU BICENTENARIO



PONENCIA PARA LA VII JORNADA DE HISTORIA DEL DERECHO Y DERECHO CONSTITUCIONAL
POR EL DR. ALBERTO PINILLOS RODRÍGUEZ (UPAO  9 – 6 - 17)

La proclamación de la Independencia de Trujillo realizada el 29 de diciembre de 1820 fue un acontecimiento histórico vinculado con el acontecer revolucionario europeo del s. XVIII y en su trascendencia se suman la Independencia del Perú en 1821, el establecimiento de su República en 1823 y la libertad de Hispanoamérica con las batallas de Junín y Ayacucho en 1824.

Estas afirmaciones los fundamentamos en los siguientes acontecimientos:
La Edad Media fue la antesala del Renacimiento en donde el oscurantismo va consiguiendo un mundo de artes y  libertades  que es todo un florecimiento que cambia las formas de pensar del hombre, de tal manera que al llegar el S. XVII, cuando florecen las monarquías absolutistas y despóticas, la humanidad siente la necesidad de vivir esas libertades y desarrolla su pensamiento surgiendo la ilustración, el Siglo de las luces, el Liberalismo, el Despotismo Ilustrado, el Enciclopedismo que van a materializarse en movimientos como la Independencia de las 13 Colonias Norteamericanas (1774) y la Revolución Francesa (1789), de resonancia universal.

Libros como el Contrato Social o el Espíritu de las Leyes de Rousseau y Montesquieu, la Declaración de los Derechos del hombre y del ciudadano, los principios de libertad, igualdad y confraternidad de la Francia revolucionaria y el Acta de la Jura de la Independencia de las colonias norteamericanas, comienzan a circular por América en forma pública o clandestina alimentando el fervor libertario de Miranda, Nariño, Viscardo y Guzmán, Hipólito Unanue, Sánchez Carrión, Toribio Rodríguez de Mendoza y tantos patriotas americanos y peruanos que tienen sus centros de irradiación revolucionaria en el Convictorio de San Carlos o el Seminario de San Carlos y San Marcelo, tanto en Lima como en Trujillo y otras ciudades americanas.

Todo esto en el S. XVIII va madurando el grito libertario hispano americano, el cual encuentra la puerta propicia cuando Napoleón invade la península Ibérica y en España se forma la Junta de Gobierno de Aranjuez que va a ser imitada en América  para luchar contra  la Corona, y las famosas Cortes de Cádiz y la Constitución Doceañista que otorgan igualdad de derechos a españoles e hispano americanos criollos y mestizos que permitieron difundir mejor los principios emancipatorios y derechos libertarios sin restricciones en Chuquisaca, La Paz, Quito, Santiago de Chile, Buenos Aires, Caracas, Bogotá, Méjico, el sur del Perú y en la propia Lima; pero el poder de Abascal era tan grade que sus tropas desde Lima, capital del virreinato peruano, vencían a los patriotas en sus propios territorios. Hasta que aparece la figura de San Martín que al constatar que los porteños no podían ingresar a Lima por el Alto Perú para derrotar a Abascal y conseguir la independencia americana, ejecutó su idea de formar el Ejército de los Andes, libertar Chile y organizar la Expedición Libertadora del Perú para llegar por mar y vencer a los realistas.

San Martín realizó su plan con éxito y cuando desembarca en las costas de Ica, ve una realidad difícil, los realistas sumaban unos 23 mil en Lima, la Sierra Central y el Sur, pero su esperanza estaba en establecerse en una ciudad de la costa norte para cumplir su plan, por eso el 20 de noviembre de 1820, desde Supe envía una carta a Torre Tagle, insinuándole un levantamiento armado, sin sospechar que, desde el mes de agosto de 1820 que fue enviado Torre Tagle como intendente de Trujillo, ya había avanzado en convencer a la tropa y juntamente  con las autoridades y patriotas trujillanos habían acordado proclamar nuestra independencia el 29 de diciembre de 1820. Por eso San Martín el 12 de febrero de 1821, desde Huaura, envía una “proclama a los ilustres habitantes de Trujillo” felicitando a su presidente y apoyándose en esta independencia, se establece en Huaura y después, pacíficamente, entra a Lima proclamando la independencia del Perú el 28 de julio de 1821, siete meses después de Trujillo.

El intendente de Trujillo es el principal colaborador de San Martín para inaugurar el Primer Congreso Peruano, inclusive llegó a ser su compadre y cuando viene Bolívar; Torre Tagle, Luis José de Orbegoso y Sánchez Carrión son los que colaboran para establecer la República y en Trujillo y Huamachuco se organizan las tropas que triunfarán en Junín y Ayacucho, con soldados y recursos trujillanos, para sellar la independencia de América.

Al conmemorarse el centenario de la independencia de Trujillo, el diputado Enrique Celinabel Marquina, consiguió la ley para erigir el monumento conmemorativo que se luce en nuestra plaza de armas para recordar tan magno acontecimiento y por eso al acercarse el Bi centenario somos conscientes de proponer:
1.       Que las autoridades liberteñas: el gobernador político, el gobernador regional, los delegados provinciales; el alcalde de Trujillo, los concejales, los parlamentarios y otras autoridades importantes formen una comisión de ancha base para que programen y gestionen la celebración del Bi centenario de nuestra independencia.

2.       Que se construya un conjunto monumental donde se destaquen las figuras de José Bernardo Torre Tagle confundiéndose en un fraternal abrazo con Luis José de Orbegoso y José Faustino Sánchez, teniendo como fondo la Proclama de San Martín a los trujillanos y el decreto que da nombre a nuestro departamento de La Libertad. Este conjunto debe exhibirse en el Parque del Bi centenario aprovechando los buenos escultores que existen en Trujillo y los colegios de Arquitectos e ingenieros que deben brindar su colaboración.

3.       De no conseguirse esta realización monumental tan igual o superior a la ejecutada por Edmundo Moeller, en la Alameda de los Héroes trujillanos, que ya existe, por lo menos que se coloque  en la entrada el monumento a Torre Tagle ya que siendo el autor y actor principal de nuestra independencia, a nadie se le ocurrió erigirle su monumento. Es decir, celebramos el hecho histórico pero nos olvidamos del personaje principal. Este lamentable olvido debe subsanarse por los trujillanos del S.XXI, exigiendo a las autoridades que cumplan su deber.
Gracias

                                                                                              Dr. Alberto Pinillos Rodríguez

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